miércoles, 15 de noviembre de 2017

COLUMNA VEUSFESTERA XXXI

Los presidentes de falla, en la última Asamblea Extraordinaria, han decidido dar carpetazo al Congreso Fallero de momento. En la hoja de ruta del partido que "gobierna" las fallas, sigue pendiente la celebración del tan manido congreso y hay que tener especial atención a las nuevas reuniones que estoy seguro se seguirán realizando en pro de conseguir objetivos marcados. Es curioso ver como aunque hemos tenido gobiernos de diferente color ya sea con Crespo, Lledó o ahora con Fuset, las fotografías se suceden con los mismos gurús y "expertos" de la fiesta fallera. Incluso estamos siendo partícipes de reuniones de determinados representantes de algunos medios de comunicación con la oposición, buscando la complicidad y estrategias a seguir, por cierto, una oposición que ni existe, a tenor de la instantánea que ha corrido como la pólvora.
Con un reglamento que ya tiene muchos años a sus espaldas y muchas batallas celebradas teniendo en cuenta su idoneidad, es el momento de sentarse y reflexionar entorno a la fiesta. Una reflexión que se antoja directa, nada filosófica y dejando al margen el espíritu poético de la fiesta. De momento cuestiones como la aceptación o no de la banda de las falleras, quedarán lastradas bajo el prisma del reglamento para defensores y detractores, al igual que otras normas de cumplimiento y que pueden haber quedado obsoletas en el devenir del paso del tiempo. Es por ello que una revisión se hace ineludible.
Tras la votación de la Asamblea Extraordinaria, han sido algunos falleros de base los que han opinado al respecto de  si las comisiones y sus integrantes son sabedores del voto final del cabeza de la comisión. Una idea que ya lanzó el concejal al aire que fue censurada tras la "encuesta" que no contentó a casi nadie y que acabó con una histórica reprobación. A partir de ahí las fallas le han dicho NO a Fuset, directo, alto y claro, en una de las Asambleas que más gente ha congregado de los últimos tiempos, a pesar de la ausencia de muchas comisiones. 
En un momento tan importante para el devenir de la fiesta, en el que el enfrentamiento ha sido total, en el que hay que estar más unidos que nunca, es como poco curioso a la vez que una falta de responsabilidad total y absoluta, la ausencia a una asamblea catalogada de extraordinaria de los máximos representantes legales de las comisiones. 
Y le han dicho No, porque la pregunta sobre el Congreso Fallero viene desde el consistorio municipal, desde las entrañas de un partido político, y así no quieren jugar las comisiones, o al menos la mayoría de las que se dieron cita en el Palau de la Música.
¿ Seguirá Fuset asistiendo a las Asambleas?, ¿seguirán insistiendo en la celebración del congreso?.
Como muestra me atrevería a exponer lo ocurrido en el seno de la fiesta vicentina.  
Año tras año se votan las mismas propuestas que surgen del ámbito de la asesoría del sr. Fuset, y que año tras año los Altares Vicentinos, representados por sus presidentes, le dicen " No sr. Fuset". Mucha similitud con votaciones como los versos de Ampar Cabrera del Libro Oficial Fallero, o llegar a una Asamblea Extraordinaria para determinar si hay congreso o no. 
El problema radica básicamente, en que no deben existir los enfrentamientos. Por supuesto que un dialogo abierto y plural enriquece sin duda la mejor fiesta del mundo, pero ojo, cuando se da un paso y se pretende politizar el sistema adquirido, que puede estar obsoleto o no, se corre el riesgo de perder una y otra vez, y eso desgasta.


 

(c) veus de festa

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